Cuando nos decidimos a plantar algo, hemos de plantearnos aprovechar todo el fruto que den nuestras plantas, y no desperdiciar nada de nada, puesto que el agua está muy escasa y cara.
Eso siempre lo tengo presente y por este motivo, los años que hemos plantado tomates, como ha sido éste, le doy uso a todos los tomates, sin distinción.
Los primeros frutos, serán para ensalada por su tersura, tamaño y apariencia.
Los menos agraciados físicamente los usaremos para rallar y consumir al natural o frito.
Cuando llegamos a finales de Julio y principios de Agosto, es el momento óptimo para el secado de los tomates, puesto que no hay practicamente , noches con escarcha, hay muchas horas de sol y la temperatura es elevada.
Además , las plantas empiezan a estar de capa caída y los tomates son pequeños y tienen un aspecto menos apetitoso.
La manera de secarlos, aunque la veamos rudimentaria, es satisfactoria, y dada la temperatura que tenemos en la zona de levante, además es rapidísima.
Tenemos que buscar un recipiente, y poner papel absorbente para que cuando el tomate empiece a soltar el jugo , se empape y evitemos que pudra el fruto.
En otras ocasiones también he usado cartones y funciona estupendamente.
Cortaremos los tomates por la mitad y los cubriremos con bastante sal.
No importa que veamos mucha sal. La sal acelerará el proceso de evaporación y por tanto el de secado.
Y el exceso de sal se eliminará cuando pongamos en remojo los tomates para hidratarlos y consumirlos.
El proceso de secado es de tres a cinco días.
En el caso de que se haga en un clima donde haya escarcha , a pesar de ser Agosto, trasladaremos los tomates bajo techo , por la noche.
A la mañana siguiente, los expondremos a pleno sol, hasta que se sequen por completo.
Una vez secos , tienen este aspecto.
Podremos conservarlos con aceite de oliva y una cucharada de orégano...
O en una malla que permita la ventilación, o cesto de esparto, como és mi caso.
Pueden conservarse ahí, más de un año en perfecto estado.
Cuando vayamos a arrancar las plantas de las tomateras, siempre quedarán pequeños tomatitos verdes que no llegarían a madurar y crecer en buenas condiciones.
Estos tomatitos, los podemos poner en vinagre y sal y consumirlos como un encurtido más. Quedan riquísimos.
Los tomates secos , una vez hidratados , unas seis horas en agua tibia, están deliciosos fritos y escurridos en un papel de cocina, acompañando cualquier plato, o en el medio de un bocata de tortilla , o en un pincho, o... o como sea !!!!
Espero que os guste.
¿Quieres imprimir esta receta?
Eso siempre lo tengo presente y por este motivo, los años que hemos plantado tomates, como ha sido éste, le doy uso a todos los tomates, sin distinción.
Los primeros frutos, serán para ensalada por su tersura, tamaño y apariencia.
Los menos agraciados físicamente los usaremos para rallar y consumir al natural o frito.
Cuando llegamos a finales de Julio y principios de Agosto, es el momento óptimo para el secado de los tomates, puesto que no hay practicamente , noches con escarcha, hay muchas horas de sol y la temperatura es elevada.
Además , las plantas empiezan a estar de capa caída y los tomates son pequeños y tienen un aspecto menos apetitoso.
La manera de secarlos, aunque la veamos rudimentaria, es satisfactoria, y dada la temperatura que tenemos en la zona de levante, además es rapidísima.
Tenemos que buscar un recipiente, y poner papel absorbente para que cuando el tomate empiece a soltar el jugo , se empape y evitemos que pudra el fruto.
En otras ocasiones también he usado cartones y funciona estupendamente.
Cortaremos los tomates por la mitad y los cubriremos con bastante sal.
No importa que veamos mucha sal. La sal acelerará el proceso de evaporación y por tanto el de secado.
Y el exceso de sal se eliminará cuando pongamos en remojo los tomates para hidratarlos y consumirlos.
El proceso de secado es de tres a cinco días.
En el caso de que se haga en un clima donde haya escarcha , a pesar de ser Agosto, trasladaremos los tomates bajo techo , por la noche.
A la mañana siguiente, los expondremos a pleno sol, hasta que se sequen por completo.
Una vez secos , tienen este aspecto.
Podremos conservarlos con aceite de oliva y una cucharada de orégano...
O en una malla que permita la ventilación, o cesto de esparto, como és mi caso.
Pueden conservarse ahí, más de un año en perfecto estado.
Cuando vayamos a arrancar las plantas de las tomateras, siempre quedarán pequeños tomatitos verdes que no llegarían a madurar y crecer en buenas condiciones.
Estos tomatitos, los podemos poner en vinagre y sal y consumirlos como un encurtido más. Quedan riquísimos.
Los tomates secos , una vez hidratados , unas seis horas en agua tibia, están deliciosos fritos y escurridos en un papel de cocina, acompañando cualquier plato, o en el medio de un bocata de tortilla , o en un pincho, o... o como sea !!!!
Espero que os guste.
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