Hoy os traigo un pescado que me encanta, el cazón.
El cazón o gatet como lo llamamos aquí, es un pescado con una carne deliciosa, que además no tiene mucha espina, una central, y que yo he usado en varias elaboraciones, como por ejemplo en caldero marinero, o arroz y está espectacular.
Pero esta vez quise probar el típico cazón en adobo que tan popular es en toda Andalucía.
Ingredientes:
- cazón limpio de piel (o gatet) cortado en pedazos, en mi caso eran pequeños,
- harina para fritura
- aceite de oliva
Para el majado:
- una cabeza de ajos
- tres o cuatro hojas de laurel
- pimentón dulce
- sal
- una cucharada de orégano
- una pizca de comino molido
- un vaso de vinagre de vino blanco
- un vaso de agua
*Machacamos los ajos , las hojas de laurel, el orégano, el pimentón y el comino en el mortero, bien machacado para que el ajo suelte el jugo
*Introducimos el cazón en un recipiente junto con el majado, el agua y el vinagre y dejamos macerar en el frigo.
Yo lo hice el día anterior.
Mientras esperamos os cuento el origen de este mortero.
Este mortero lo he visto toda mi vida, cuarenta y ocho años
El mortero estuvo en la cocina del mesón de mi padre desde que tengo uso de razón, y diría que cuando mi padre en un principio arrendó el mesón, el mortero ya estaba en la cocina.
Cuando cerramos el mesón, me traje como recuerdo algunos utensilios de mi padre, algunos cuchillos que él usaba, la barra de afilar... y este mortero.
Parecen cosas sin sentido, pero para mi, que perdí a mi padre cuando tenía 14 años, estos objetos me traen a la memoria la imagen de mi padre , con su sonrisa franca, colocándose el delantal blanco, llevándose las manos atrás, cordeles en mano, cruzándolos y atándolos en la parte delantera con un nudo.
Era el momento de comenzar la jornada. Sacaba del lateral del pilón donde cortaba el pescado y la carne y afilaba su cuchillo... zas, zas...zas , zas, de lado a lado...
Cuantos ajos se habrán machacado aquí .. tantos que hace poco observé que, aunque el mortero es de aluminio con un grosor considerable, se ha hecho una grieta de tanto machacar...
Hay movimientos que recuerdo de mi padre que yo miraba hipnotizada. El de afilar el cuchillo era uno de ellos y otro era verlo, con los ojos como platos, picar perejil a una velocidad de vértigo y sin mirarse los dedos...
Hemos partido alguna que otra mano de mortero, ya que yo también he picado mucho ajo para hacer all i oli en él, pero el mortero sigue siendo el mismo.
Sabéis... hay momentos, que sin ton ni son, aunque haga bastante tiempo que se fue mi padre, una ya tenga unos cuantos años y una vida hecha... hay momentos en que realmente te sientes huérfana, y echas de menos el abrazo balsámico, el amor incondicional, y la seguridad que sólo los padres te dan...
*Al día siguiente, cuando vayamos a cocinar el cazón, lo escurrimos del adobo y lo pasamos por harina.
*Ponemos a calentar el aceite y vamos friendo, colocando los pedazos sobre papel para que se absorba el aceite excedente.
Lo servimos de picoteo, acompañado de un buen tomate, aderezado con un ajito picado y un buen aceite de oliva... y "¡¡pá que más!!"
Espero que os guste.