En las fechas que vienen es muy difícil resistirse a comer dulces, aunque estemos a dieta , aunque sepamos que tenemos que compensar con días de cierto ayuno, aun así , tenemos que parar un poco y disfrutar de los placeres gastronómicos navideños.
Como estoy un tanto metafísica últimamente, he recordado otra historia bonita , al menos para mi.
Trata de un leñador que consigue trabajo en un aserradero, y con su afán de causar buena impresión , el primer día de trabajo se esfuerza al máximo y tala 18 árboles. La felicitación del capataz no tarda en llegar.
Esa misma noche se va a dormir antes para rendir más en el trabajo, y si es posible superar la marca de 18 árboles.
Pero al día siguiente , ocurre justo lo contrario, tan sólo puede cortar 9 árboles, y se afana en cortar más día tras día
Cada vez son menos árboles, y más cansado se encuentra, y no se explica por que puede ser, si el pone todo su esfuerzo y empeño...
Viendo que era inevitable que se fijase el capataz, decide ir a hablar con él para explicarle que , a pesar que el pone todo su empeño, cada vez corta menos árboles.
El capataz después de escucharlo le dice, "¿ hace mucho que no afilas tu hacha?"
Pues eso pienso hacer yo, voy a hacer un paréntesis y dedicarme a hacer cositas ricas, navideñas y la dieta la pospondré por unos días.
Ayer hice estos roscos de vino que a mi me encantan y que tengo que decir me salieron muy ricos, ( sobre todo siendo los primeros que hago ).
Para hacer estos roscos, (la cosa más fácil del mundo) necesitamos:
- un kilo de harina
- 250gr de azúcar
- 400ml de aceite de oliva
- 25o ml de vino blanco
- 50 ml de aguardiente ( yo usé anís seco)
- 25 gr de anís en grano, matalauva
- una cucharada de canela en polvo
- azúcar glass para decorar.
Se calienta el aceite de oliva sin llegar a humear, y se retira, añadiendo la matalauva. Dejamos enfriar.
En un bol lo mezclamos todo y amasamos bien.
Extendemos sobre la bancada con un grosor de algo menos de un dedo y cortamos con un cortapastas.
Yo usé uno redondo y el agujero de el medio lo hice con un descorazonador de frutas.
Lo ponemos al horno a 190º unos quince minutos y espolvoreamos con el azúcar glass.
¿Quieres imprimir esta receta?
Como estoy un tanto metafísica últimamente, he recordado otra historia bonita , al menos para mi.
Trata de un leñador que consigue trabajo en un aserradero, y con su afán de causar buena impresión , el primer día de trabajo se esfuerza al máximo y tala 18 árboles. La felicitación del capataz no tarda en llegar.
Esa misma noche se va a dormir antes para rendir más en el trabajo, y si es posible superar la marca de 18 árboles.
Pero al día siguiente , ocurre justo lo contrario, tan sólo puede cortar 9 árboles, y se afana en cortar más día tras día
Cada vez son menos árboles, y más cansado se encuentra, y no se explica por que puede ser, si el pone todo su esfuerzo y empeño...
Viendo que era inevitable que se fijase el capataz, decide ir a hablar con él para explicarle que , a pesar que el pone todo su empeño, cada vez corta menos árboles.
El capataz después de escucharlo le dice, "¿ hace mucho que no afilas tu hacha?"
Pues eso pienso hacer yo, voy a hacer un paréntesis y dedicarme a hacer cositas ricas, navideñas y la dieta la pospondré por unos días.
Ayer hice estos roscos de vino que a mi me encantan y que tengo que decir me salieron muy ricos, ( sobre todo siendo los primeros que hago ).
Para hacer estos roscos, (la cosa más fácil del mundo) necesitamos:
- un kilo de harina
- 250gr de azúcar
- 400ml de aceite de oliva
- 25o ml de vino blanco
- 50 ml de aguardiente ( yo usé anís seco)
- 25 gr de anís en grano, matalauva
- una cucharada de canela en polvo
- azúcar glass para decorar.
Se calienta el aceite de oliva sin llegar a humear, y se retira, añadiendo la matalauva. Dejamos enfriar.
En un bol lo mezclamos todo y amasamos bien.
Extendemos sobre la bancada con un grosor de algo menos de un dedo y cortamos con un cortapastas.
Yo usé uno redondo y el agujero de el medio lo hice con un descorazonador de frutas.
Lo ponemos al horno a 190º unos quince minutos y espolvoreamos con el azúcar glass.
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