Con motivo de los San Jacobos de patata, recordé que tenía una receta parecida en el blog que subí al principio de los tiempos.
Esta receta se ha hecho en casa durante bastante tiempo, aunque a mi, hacerla de carne me cuesta, porque no me sale como a la cocinera que nos la enseñó y como a mi madre, que aprendió con ella.
Para hacerlas con relleno de carne, tendríamos que hacer un estofado con ternera, sesos de cordero, y... lamentablemente no recuerdo más..., tengo que ponerme a pensar e intentarlo.
El nombre se lo dió Carmen, una amiga , casi, y sin casi, como de la familia.
Patatas a las nueve, asi las llamaba, y asi las conocí yo.
Carmen era de Camprodón. Catalana, catalana y casada con Modesto, un madrileño castizo, ahí es ná, y que a pesar de los mitos, se llevaban a la perfección.
Él, imaginativo, arriesgado, con don de gentes. Ella, trabajadora incansable, tenaz y muy catalana, siempre mirando la peseta.
Ambos vivieron la guerra civil de una forma y con unas experiencias dignas de un libro.
Él, del bando rojo,vendedor ambulante de telas, que llega a Gerona y conoce a Carmen. Se casan y viven en Madrid hasta que las circunstancias les obligan a volver a Cataluña, y ...meterse en la boca del lobo.
Modesto, teniente en la guerra civil, huye con Carmen en plena batalla del Ebro hacia Francia, él herido de metralla en una pierna, y ella, embarazada, cargando de él en una carretilla.
Allí son dirigidos a un campo de concentración, separados, él en el de hombres y ella en el de mujeres con su primer hijo.
Escapan cada uno por su lado y con ayuda de conocidos y de buena gente, se reunen fuera y vuelven a Camprodón...
He pasado muchas tardes escuchando las vivencias de Carmen y su marido por boca de ella, ya que Modesto nos dejó antes y yo era muy niña entonces.
Montaron un Mesón en el pueblo, El Metro.
Combinación perfecta de dos culturas, la barra, muy madrileña con Modesto a la cabeza y la cocina casera, dirigida únicamente por Carmen, se comía como los dioses.
Después de morir Modesto y cerrar el Mesón, Carmen se dedicó durante años a preparar croquetas, canelones de San Esteban y estas patatas a las nueve por encargo, para mucha gente del pueblo.
Patatas a las Nueve
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Como se pueden rellenar también de pescado, probé con este relleno y de paso también , probé hacerlas con lonchas de berenjena, en vez de con patata.
Ingredientes:
- pescado blanco o de caldero, en este caso usé un pescado que llamamos "cabut"
- un puerro
- una zanahoria
- una cebolla tierna
- perejil
- aceite
- un calabacín
- patatas
- berenjenas
- pimienta y nuez moscada
- una copita de vino blanco
- harina, huevo y pan rallado para empanar.
Cortamos lonchas de patatas con una mandolina y las pochamos, yo hice lo mismo con la berenjena, ( la dejé un ratito con sal)
Los restos que nos sobran de cortar las lonchas de patata y berenjena, las trocearemos bien pequeño y lo usaremos para el relleno.
Freimos las lonchas de patata a fuego suave, dejándolas a medio hacer, blanditas, para poder manejar pero que no se deshagan.
Le quitamos el aceite sobrante con papel de cocina.
Mientras, ponemos a cocer el pescado blanco o de caldero , con el puerro, la zanahoria, el perejil y un chorrito de aceite de oliva.
Cuando esté cocido, (no en exceso), sacamos toda la carne del pescado, yo he utilizado este,el cabut, que es una carne parecida al cabracho. Cuando está crudo es más rojo
En una cazuela, cortamos en pedacitos bien pequeños, el calabacín,la cebolla, los restos de berenjena( de cortar las lonchas), y los restos de patatas, (también de cortar las lonchas).
Pochamos todo y le añadimos un poco de pimienta, nuez moscada y rectificamos de sal.
Agregamos la carne del pescado y un chorrito de vino blanco.
Esto, bien triturado, es el relleno para las patatas
Rellenamos las lonchas de patata ( o de berenjena)
Las pasamos por harina, huevo y pan rallado.
Estas son las de berenjena, que si Carmen las llega a probar...estoy segura que le hubiesen encantado.
Las freimos, dejamos sobre papel de cocina y... al plato .
Es uno de esos platos que los haces, te echas la tarde trabajando, los congelas, y después, agradeces haberlos hecho porque te sacan de apuros.
Espero que os gusten.