Beatriz y los cuerpos celestes de Lucía Etxebarria.

Hacía mucho que no comentaba un libro en el blog.
He pasado una época de sequía lectora  en la que me faltaba concentración para leer y me he limitado a la tele y al internet, distracciones en las que no son necesarias muchas neuronas.
Descubrí el twitter y, aunque al principio me costó pillarle en tranquillo, poco a poco me voy haciendo con la nueva red social.
En twitter te mueves con únicamente 140 caractéres. Y aunque son pocos, es curioso como se pueden plasmar con estos 140, auténticas chorradas y a la vez magníficas reflexiones, humor fino e inteligente, y paridas varias.
Una noche, viendo una entrevista de la autora del libro que he leído, y escuchándola a ella... me picó la curiosidad , la busqué en twitter y le dí a "seguir".
Lucía Etxevarría consiguió despertar mi curiosidad por leer algo suyo.
Quise comprobar si su lectura y la Lucía Etxevarría que yo vi en esa entrevista tenían algo que ver, si se correspondían, si realmente esa fragilidad y desequilibrio que ella demuestra en pantalla, se refleja en su escritura, o simplemente es que los-as  escritores-as tienen que tener ese punto de locura, desequilibrio o fragilidad para poder transmitir y llegar al lector.
Después de unos días siguiendo a Lucia en twitter, sinceramente, se me representó como una niña emocionalmente, pero ya entradita en años.
Obsesionada por su aspecto físico y sus kilos de más, por la falta de estabilidad amorosa , constantemente envía a la red mensajitos subliminales (o no tanto) proclamando las maravillas de la mujer independiente, sola, madre (sin padre) por decisión propia y nosecuantaschorradas feministas  más, mientras que al mismo tiempo se deprime y se hunde cuando los twiteros la llaman gorda.

Me decidí como primera lectura de esta autora por Beatriz y los cuerpos celestes. Premio Nadal 1998
La lectura de Beatriz y los cuerpos celestes fué como leer los twitter de Lucía Etxebarria. Obsesión por la delgadez y el aspecto físico, obsesión por encontrar alguien con el-la que compartir la vida, apología de la vida sin límites ni cortapisas y con "mente abierta" en cuanto a drogas, excesos, bisexualidad ... para al final acabar dejando un cierto sabor a fracaso.

Vamos al libro...


Beatriz es hija única, criada en una familia acomodada y bien posicionada socialmente con un padre absorbido por el trabajo y casi inexistente en la vida familiar y una madre "perfecta" y neurótica.
En la etapa de la adolescencia Beatriz conoce a Mónica, también hija de una familia de bien cuya madre, subdirectora de una revista de moda, vive obsesionada con seguir aparentando 30 años y mantener una figura adolescente.

La novela transcurre entre la juventud de estas dos amigas, Beatriz y Mónica, llena de excesos, excesos de libertad, excesos de drogas, excesos de sexo... y la época en que Beatriz toca fondo y sus padres deciden enviarla a estudiar a Edimburgo donde conoce a Cat, una lesbiana y Ralph, un estudiante con el que también comparte cama. 
Pasado un tiempo, Beatriz decide volver a Madrid sin decidirse a compartir su vida y su todo con nadie y definiendo su sexualidad, por fin ; ella ama a la persona, independientemente de su género.

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Mi impresión del libro es que se puede leer fácilmente, que su lenguaje es interesante y poético pero que la temática del libro a mi me queda grande, me queda lejana porque me parece muy snob.

La temática bisexual y el lesbianismo, aunque lo respeto profundamente e incluso puedo llegar a entenderlo sin problema ni prejuicio ninguno, me queda muy ajena, muy lejana. Además del contexto donde se desarrolla, en una capital y con un "nivel" social elevado y unas costumbres más que insanas... tampoco ayuda a acercarme a ese mundo.

Mira Lucía Etxebarría...por si alguna vez leyeses esto... acabo de leer un libro tuyo, concretamente Beatriz y los cuerpos celestes, y sabes... me es ajeno totalmente porque soy de pueblo, mis padres eran un matrimonio normal, mi vida una vida normal y corriente, y mi colegio del estado. 
Mi madre nunca abusó de los tranquilizantes, ni jamás le quité el coche a mi padre y me fuí de jarana y oye... pues que casi me alegro y todo, porque no vivo atormentada, debe ser que soy simple como una ameba...

Beatriz, la protagonista, en un párrafo del libro explica que :
"...El concepto de género está sometido a manipulaciones sociales. Una convención impuesta. No asociada a factores biológicos."
Pues mira Beatriz... yo nunca me he sentido manipulada o coaccionada a tener relaciones sólo con el sexo masculino. Sencillamente ( y porque tiene que existir todo tipo de gente) soy heterosexual, y mira por donde nunca me atrajo una mujer, aunque respete a quien le guste. Pero no intentes venderme la típica expresión... " si no te gusta es porque no lo has probado" no me jodas .

En otro párrafo dice:
"Cada delicado detalle de mi cuerpo puede ser interpretado o reinterpretado, según quiera ser mujer o persona. Mi vagina puede ser la puerta del placer o de la vida.... Mi ombligo perforado puede ser un reclamo o la señal de una conexión futura entre mi vida y la de otro que dependerá de mi. mi cuerpo, con un feto dentro, ¿ estará pleno de vida o simplemente invadido, deformado y destruido?"

Pues mira Lucía Beatriz ... ni una cosa ni la otra, si no ambas. Mi cuerpo puede ser mujer y ser madre al mismo tiempo.
Y se deforma, y envejece, y me importa un pito porque yo soy mucho más, soy lo que entrego, soy, en parte, lo que creo dentro de mi útero, y soy mi legado cuando yo no esté...
Y todo eso lo pienso sin dármelas de feminista y progre, sin haber probado las drogas, sin excesos, siendo de un pueblecito, con una vida común, con unos placeres comunes, una casa común, un blog común y con unas neuronas comunes.

Hay otra apreciación de Beatriz que no comparto.

En el libro cuenta que acariciar la piel de una mujer es muy diferente a acariciar la del hombre.
"Pero su piel, la de ella, no era comparable. Bastaba con acariciarla para sentir placer. Él no contaba con aquella ventaja. Su piel era tan áspera como su carácter."
Beatriz, hija... eso es cuestión de gustos, no sientes cátedra sobre ese tema, porque te equivocas.

Resumiendo...

El libro está bien escrito, es agradable de leer aunque a mi me haya resultado muy  neurótico y snob, tanto como su autora

Libro muy recomendable para lesbianas convencidas, o lesbianas dudosas.

Tengo que confesar que dejé de seguir a Lucía Etxebarria en su twitter a los pocos días, porque sus neuras y sus paranoias acabaron por cansarme, que bastante tiene una con las neurosis propias... 


Hoy la cosa no va de comidas... ya véis...