Las pannacottas me encantan, pero tienen el inconveniente de estar hechas de nata, y claro, abusar de la nata no es nada sano y engorda.
Así que, de un tiempo a esta parte, y para aprovechar muchas veces la fruta que se queda un poco olvidada por la nevera, o algo estropeada, preparo una pannacotta más ligera que la clásica pero también muy rica.
Mi pannacotta está hecha con queso en crema desnatado, leche semi desnatada y sin lactosa, y edulcorante apto para cocinar, (aunque por supuesto se puede hacer con azúcar), de ahí que en el título diga, "lo más ligera posible"
En este caso la hice con plátanos, que ya sabéis que en la nevera se ponen feos, pero se puede hacer con otro tipo de fruta.
Necesitamos:
-200gr de queso crema desnatado
- 250ml de leche semi desnatada y sin lactosa
- unas 8 gotas de edulcorante (o tres cucharadas de azúcar)
- cuatro hojas de gelatina
- dos plátanos.
Trituramos los plátanos con la leche y el queso.
Pasamos la mezcla por un colador para eliminar los hilos de los plátanos.
Ponemos al fuego la mezcla colada y cuando esté bien caliente, retiramos del fuego y añadiremos el edulcorante y la gelatina hidratada previamente.
Mezclamos bien, rellenamos los vasitos y los ponemos a enfriar hasta que cuajen.
Sobre los vasitos puse una cucharadita de mermelada de naranja.
Además, hice una segunda versión añadiendo un poco de cacao puro en polvo.
Procedemos de igual forma que con los vasitos anteriores pero añadimos además:
- una cucharada sopera rasa de cacao puro en polvo.
Además lo serví con unas avellanas picadas y un chorrito de miel.
Espero que os gusten.
