Para Todos los Santos... POLEÁ (o espoleá)

Este año no me apetece preparar recetas o dulces de Halloween, quizás sea porque en casa ya no tengo niños pequeños, que son los que más disfrutan de estas fiestas.
Este año traigo una receta tradicional que se tomaba, por lo que he leído en varios sitios, por Todos los Santos y por Cuaresma.
Por supuesto también se puede tomar en otros momentos del año y por cualquier motivo.

La poleá, o espoleá, se denomina gaditana, aunque investigando por ahí descubro que se prepara en toda Andalucía, destacando en cada sitio su particular toque.
Este plato viene de los tiempos de hambruna, donde se tenía que calentar el cuerpo y saciar el hambre con pocas viandas. 
Antiguamente se preparaba con agua, harina de trigo, azúcar y anís, pero a medida que la situación económica fue cambiando, se usó leche y se le fueron añadiendo varios ingredientes como la miel, pasas, piñones etc...
Se sirve con picatostes de pan para acompañar.

Poleá gaditana

A mi me trae este postre recuerdos muy especiales. 
Mi madre, sin ser ni gaditana ni andaluza, se preparaba como cena, algunas noches de invierno, un plato de una crema muy parecida a esta. 

Ella usaba harina de maíz, (maicena) y cocía la leche con azúcar, canela y piel de limón. Se preparaba su plato de "papillas" como yo  lo llamaba, y las saboreaba cucharada a cucharada mientras recordaba y me contaba cosas de su niñez.

Pero bueno... vamos a la receta auténtica... 

Para preparar la poleá necesitamos:

- 100gr de harina de trigo
- cuatro cucharadas de aceite de oliva
- una cucharada de anis en grano o matalauva
- dos cucharadas de anís dulce (licor, opcional)
- un pedacito de piel de limón
cuatro cucharadas de azúcar
- 500ml de leche

Calentamos en el cazo el aceite junto con la matalauva y la piel de limón, la tenemos unos minutos sin que llegue a quemarse, dejamos templar y colamos el aceite para usarlo en la crema



Volvemos a colocar el aceite ya colado en el cazo y vertemos la harina, la rehogamos ligeramente y añadimos el azúcar , el licor de anís y la leche y vamos removiendo a fuego muy suave, hasta formar la crema.


Para servirla freiremos unos pedacitos de pan y los colocaremos encima, espolvoreando de canela molida el plato.

Le podemos añadir un hilo de miel, piñones tostados... etc.
Podemos tomarla caliente en los días de frío, o fresquita, como más nos guste.



Esta es mi aportación al día de Todos los Santos de este año.
Espero que os guste

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