Esta receta la copié de una amiga ilicitana, Isabel, ella dijo que la había heredado de su abuela.
Cuando vi el aspecto , me acordé inmediatamente de los roscos de huevo o rollos como los llamamos en Santa Pola , que venden en las panaderías de más antigüedad del pueblo.
Y después de haberlos hecho , tengo que decir que el sabor es idéntico .
También son muy típicos de mi pueblo los roscos de anís y de vino.
La receta es de lo más sencilla y lo que más me gusta de ella es, que estos rollos están hechos al horno, ( como los de anís y vino de mi pueblo) , por lo que resulta mucho menos pesado el comerlos.
Tienen una textura seca pero abizcochada, ideales para mojar con la leche , con el café y hasta con agua , como hace mi hijo pequeño.
Ingredientes:
- medio vaso de aceite de girasol
- 500gr de harina y algo más para manejar la masa
- 250gr de azúcar
- 500gr de harina y algo más para manejar la masa
- 250gr de azúcar
- tres huevos, más uno para pintar los roscos
- dos sobres dobles de gaseosa (son uno azul y otro blanco )
- ralladura de limón, yo usé de naranja
- un poco de azúcar con canela para espolvorear los roscos.
La forma de hacerlos es sencilla:
Ponemos en un bol los tres huevos con el azúcar y batimos.
Añadimos la ralladura de limón y el aceite , batimos y vamos añadiendo la harina con los sobres de gaseosa revueltos.
Vamos amasando con una espátula hasta que todo sea homogéneo.
La masa es consistente pero pegajosilla, por lo que nos ayudaremos enharinándonos las manos y formaremos los roscos.
Los espolvoreamos de azúcar y canela y los ponemos al horno precalentado a 180º unos 15 ó 20 minutos.
Con esta cantidad de masa me salieron 26 rollos, son del tamaño de un donut.
Se guardan estupendamente en una caja de lata, aunque con lo ricos que están , guardar, lo que se dice guardar, se guardan más bien pocos.
Sólo me queda darle las gracias a Isabel, por tan buena receta y que tan buenos recuerdos de infancia me trae.
Espero que os gusten.