Últimamente estoy cocinando poco, por no decir nada, con azúcar refinado, aunque no descarto usarlo en alguna ocasión, si la receta realmente lo requiere.
No me gusta demonizar ningún producto pero creo que estoy en un momento vital en que necesito cuidar lo que como, si o si, y no por una temporada, sino sostenido en el tiempo.
Puede ser que sea el haber rebasado con holgura la cincuentena, o tener más tiempo para mi, puesto que mis hijos ya son seres independientes, o la llegada de la menopausia, (palabra que cuesta pronunciar a algunas mujeres, pero que inevitablemente llega) donde se necesita una atención particular en cuanto a alimentación y modo de vida, o puede ser que sea que, en este preciso momento de mi vida, es cuando he sido más consciente de que no me queda la mitad de la vida, sino que, con suerte, me queda poco más de un tercio.
Disponer de más tiempo libre me hace reflexionar, ya veis, sobre que vida he llevado, como vivo, y como quiero vivir de ahora en adelante, y sin esfuerzo llego a la conclusión de que no me quiero perder nada de lo que nos depare el futuro, incluido posibles nuevas pandemias, guerras mundiales, meteorito, invasión alienígena o lo que surja, que para eso hemos venido a este mundo.
Mientras tanto, disfruto de pequeños y grandes momentos.
Disfruto viendo el proceso "pre-boda" de mi hijo y su novia, y lo sigo emocionada y ansiosa de vivir esa boda y deseando que sea un día perfecto,
Disfruto viendo a mi otro hijo menor como con esfuerzo y tesón ya va a por su tercer año de carrera con excelentes notas
Disfruto de tener salud y trabajo, y porqué no decirlo, amor.
Y, también en esta etapa de mi vida, soy más consciente de quién es exactamente, la persona que SIEMPRE ha estado, y está, incondicional, conmigo.
El otro día escuchaba un podcast de una reconocida psiquiatra donde hablaba sobre la importancia de usar tres palabras en la pareja: GRACIAS, PERDÓN y POR FAVOR.
Y cuanta razón... a veces la rutina y el trabajo no nos deja darnos cuenta de las pequeñas cosas que hace tu pareja por ti, y no le damos las gracias.
A veces, tenemos un mal día, una mala época, tenemos reacciones desproporcionadas y se nos olvida pedir perdón, y otras veces, exigimos atenciones y reacciones sin pararnos a pensar en que la otra persona está junto a ti porque quiere, porque así lo elige, y olvidamos pedir las cosas por favor.
Así que ahora más que nunca, le doy las gracias a mi compañero de vida, por todo su incondicional amor. Le pido perdón por todas esas veces que no he estado a la altura de su cariño, y le pido por favor, que me acompañe siempre.
Ambos intentamos disfrutar los momentos como buenamente podemos, y por este motivo, este invierno, para su cumpleaños, le regalé dos entradas para disfrutar del concierto de su grupo favorito , Fito y Fitipaldis.
Bueno... la excusa fue el regalo de cumpleaños, pero lo cierto es que yo lo he disfrutado tanto o más que él.
Cuando llegó el día del concierto acudimos como dos adolescentes, emocionados y contentos.
A las 7 de la tarde ya estábamos allí en la cola , esperando que abriesen las puertas, lo que nos permitió conseguir un puesto muy cercano al escenario.
De allí no nos movimos ni un centímetro, tragándonos teloneros y lo que surgiese, hasta las diez de la noche que comenzó el concierto.
Tres horitas de plantón a las que tienes que sumarle 2 más del concierto, pero que, realmente, no nos pesaron y lo disfrutamos muchísimo.
A pesar de estar tan cerca del escenario, nos rodeaba gente estupenda, jóvenes y no tan jóvenes todos dispuestos a darlo todo y de muy buen rollo.
He de decir que el espectáculo es brutal, tanto sonido, luces, músicos (ese saxo es bestial) y cantante, que a pesar de tener ya sus añitos, está totalmente en forma física y vocal.
La mayoría de las canciones eran secundadas por el público, tanto que costaba en algunos momentos oir a Fito, sobre todo cuando sonaron los acordes de "Soldadito marinero" que los allí asistentes pedimos a gritos
Muchos temazos también fueron coreados por el público que abarrotaba el lugar, y ya veis, que cerquita lo tuvimos. Me encantó, y se nota, ¿verdad?
Espero seguir coleccionando momento así con mi compañero de vida, cosechando todos los frutos que durante 30 años hemos ido plantando y cuidando.
De momento para julio, tenemos otro conciertazo , ¡el de Manolo García!
Y , bueno, para no aburriros más, y por si sois tan fan de Fito como yo, os dejo mi favorita, la que me sube la adrenalina y me pone las pilas por las mañanas cuando la escucho en el coche.
"....la vida es el mar, que todo lo esconde,
a veces navegar, y a veces naufragar,
pero siempre salir a flote.
Y aprenderás a ser guardián,
de todo lo que importe..."
Me está quedando una entrada muy del estilo de mi querida Kasioles pero con mi toque particular jajajaja.
Y como ella hace, ahora ... ¡¡ voy a dar paso ya a la receta!!
Es bien sencilla, y con muy pocos ingredientes.
No hay necesidad ninguna de añadirle azúcar, sobre todo si usas manzanas de alguna variedad dulce, como yo hice.
Os los traigo ya en puertas del mes de julio, pero podéis guardar la receta para elaborarla en diciembre, porque bien puede pasar a ser un dulce navideño bien rico y con muy pocas calorías , que ya bastantes tomamos en esas fechas.
Vamos con los ingredientes y elaboración de estos coquitos de almendra, coco y manzana.
Ingredientes:
- una manzana grande , de alguna variedad que sea dulce
- 120gr de almendra molida
- 50gr de coco molido
- una cucharadita de canela en polvo
- un puñado de almendras enteras peladas, para decorar
( yo no tenía y usé unas avellanas)
Elaboración:
* Lava y pela la manzana y corta a trocitos, ponla en un recipiente apto para el microondas.
*Añade al bol la canela y cocina al microondas, tapado, a máxima potencia durante 3 minutos.
Cuando termine, la trituramos y dejamos que enfríe.
*Ponemos la compota de manzana en un recipiente más grande y añadimos el resto de ingredientes.
Nos quedará una masa blandita y pegajosa.
*Con las manos húmedas, haz bolitas y ponlas sobre papel de horno.
Decora con media almendra o media avellana
*Precalienta el horno a 180º y hornea a esa temperatura durante unos 15 minutos, vigilando que no se tuesten en exceso.
Deja enfriar sobre una rejilla y listo.
Os aseguro que es un bocado espectacular, rico, rico y como no es muy dulzón, no pesa, y se come sin sentir.
Espero que os guste.
Y con esta receta, os deseo que tengáis un feliz verano, esperando veros a la vuelta.
¡¡FELIZ VERANO!! CUIDAOS MUCHO