Los días y el verano se van sucediendo y no veo el momento de publicar nada en este blog de mis entrañas.
La vida es así, tenemos etapas donde cambian nuestras prioridades , nuestros gustos, y unas cosas quedan apartadas para dejar paso a otras nuevas y más emocionantes.
Hoy vengo con una receta y un repasito de historia.
Os contaré unas pinceladas sobre la evolución del puerto de Santa Pola , desde sus orígenes como Portus Illicitanus al oeste de la localidad , pasando por las torres de guaita ,hasta la construcción del Castillo-Fortaleza de mi pueblo.
En época romana las ciudades no sólo tenían un área urbana, sino que controlaban además amplias áreas rurales y por ende también zonas portuarias, aunque estas se encontrasen a cierta distancia del centro urbano.
Es el caso de Illici, la actual Elche, fundada por Augusto, el primer emperador romano, mientras que su área urbana estaba localizada en la Alcudia (Elche), su puerto se encontraba en la actual Santa Pola. Este puerto, conocido en las fuentes clásicas como Portus illicitanus, se extiende bajo una buena parte de la población.
Aunque mucha parte de la ciudad romana no se encuentra al descubierto, si se conoce donde está una de las más importantes factorías de salazones y garum de la época, el barrio portuario, con sus viviendas , tiendas, plazas e incluso ternas, y la casa romana de una familia adinerada que cuenta con patio central y mosaicos en los suelos de las estancias.
Todo este conjunto está al oeste del puerto actual, y con el declive del imperio romano y de la actividad portuaria, la zona quedó deshabitada en toda la Edad Media.
En el s. XIV, al este del antiguo Portus Illicitanus, se construye una torre vigía, llamada Cap del Aljub, para proteger el territorio de los piratas , pero con el aumento de los ataques de piratas y berberiscos , la torre se queda pequeña y en el s. XVI, el Duque de Maqueda, Don Bernardino de Cárdenas, a mitad del siglo XVI en su etapa de virrey de Valencia, realizó un importante aumento de las torres y puestos fortificados en la costa alicantina con la construcción de las torres vigía o de "güaita", del Tamarit, Escaletes y Atalayola (Actualmente se encuentra el faro de la localidad) , y que conectaban con la torre del Pinet, por el sur y con la del Carabassí por el norte.
A pesar de las medidas tomadas para fortificar la costa, la incursión en la ciudad de Valencia determinó la decisión de la Corona de cortar el problema norteafricano, y se decide encargar construir un proyecto para la defensa, llamado "Plan para la defensa de las costas del Reino de Valencia" al ingeniero italiano Giovanní Baptista Antonelli il Vecchio.
Estas torres , junto al Castillo fortaleza, entran dentro de este plan, enlazándose todas estratégicamente para avistar al enemigo antes de que éste llegase a la costa, y se comunicaban entre si por medio de ahumadas de día y luminarias en la noche.
Su custodia estaba encomendada a cuatro hombres, dos de a pie que realizaban continua vigilancia, y dos a caballo , encargados de controlar el trayecto de una torre a la otra
Torre del Tamarit, y de Atalayola
La fortaleza tenía base cuadrada con dos baluartes y dos torreones, (en la actualidad las dos secciones del Museo del Mar ), y dos baluartes , uno de ellos estaría situado donde anteriormente estaba la torre del Cap del Aljub ( en la actualidad la ermita de la Virgen de Loreto) y denominado "Baluarte del Rey" y el otro se usa en la actualidad para celebrar actos culturales y bodas civiles y que se denomina "Baluarte del Duque".
En el s. XVI la fortaleza tenía una sola puerta de entrada, y una lateral, en la parte inferior de la imagen de la maqueta, de emergencia.
Fue posteriormente, en el s. XIX, cuando la fortaleza pasó a ser civil y propiedad del pueblo, cuando se abrieron dos puertas más y se construyó una espadaña donde se colocó un reloj, se instaló una estación de telégrafos, el ayuntamiento de la villa y pasó a ser el centro neurálgico del pueblo.
Toda esta ruta de fortificaciones defensivas forman un conjunto de rutas de senderismo fantásticas para patear , visitar y conocer en profundidad disfrutando además de la historia, de una gran variedad de flora, paisajes y naturaleza autóctona que no os podéis perder si visitáis mi pueblo.
Otro día me adentraré en la variedad de aves y flora autóctona que podemos disfrutar en esta villa marinera.
Pero eso lo dejaré para cuando haga mejor tiempo, que el calor es excesivo, y con la elaboración al horno de esta rica coca que os traigo, ya tenemos bastante.
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Vamos con la receta
Esta "coca" es un bizcocho húmedo y delicioso hecho con patata cocida y harina de almendra que se suele preparar en épocas cercanas a la Navidad, pero a mi me llamó mucho la atención por sus ingredientes y no pude resistirme.
Para la próxima intentaré sustituir la patata por boniato o calabaza , seguro que el resultado va a ser igual de rico.
Ingredientes:
- 3 huevos L
- 180gr de azúcar
- 250gr de patata cocida
- 150gr de harina de almendra
- ralladura de limón
Elaboración:
* Previamente coceremos la patata con piel y si n sal. La pelamos y la troceamos un poco
*En el recipiente donde tenemos la patata añadimos las tres yemas del huevo, y reservamos las claras para montarlas a punto de nieve.
* Agregamos el azúcar y la ralladura de limón, y trituramos todo bien hasta obtener una papilla.
*Agregamos la harina de almendra mezclándola toda bien.
*Montamos las claras a punto de nieve y las agregamos a lo anterior moviendo con cuidado con una espátula.
*Engrasamos un molde, vertemos la masa y espolvoreamos de azúcar por encima
*Horneamos a 180º unos 40 minutos.

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