No hay quien entienda a mi familia.Se pasan la semana diciéndome que no prepare cosas dulces y en cuanto terminan de comer me preguntan,
¿ y que has preparado de postre?.
Mi contestación,- "tenemos fruta, piña, melón , kiwi, manzanas..."
Su contestación, - "eso no es postre"
Postre es cualquier cosa menos fruta , así que aprovechando que fue mi santo, preparé algo de "postre".
Esta tarta es sencilla de preparar y al que le guste el chocolate blanco la va a disfrutar .
Necesitamos:
-una masa quebrada, yo la compro congelada.
- 200g de chocolate blanco
- 200g de queso en crema.
-un vaso de nata
- un vaso de leche
-un sobre de cuajada
-azúcar.
Primero tenemos que hornear la masa quebrada .
La extendemos sobre el molde , la pinchamos y le ponemos peso para que no levante, ( legumbres etc...)
Horneamos hasta que esté buena y reservamos.
El relleno consiste en :
Ponemos en un cazo la mitad del vaso de leche con el chocolate blanco troceado, y en la otra mitad disolvemos el sobre de cuajada y reservamos.
Batimos el vaso de nata con el queso cremoso y lo añadimos al cazo.
Agregamos 80g de azúcar , y calentamos.
Cuando esté a punto de ebullición vertemos la leche con el sobre de cuajada y removemos.
Retiramos del fuego y cuando baje la temperatura, volvemos a ponerlo en el fuego una vez más para que llegue de nuevo a el punto de ebullición.
Vertemos sobre la masa quebrada ya cocida y lo ponemos a enfriar, a la hora , decoraremos.
El corte de la tarta, aquí lo tenéis
Se puede ver que es consistente por lo que podemos cortarla en pedazos " de bocado "
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