Esta receta hace muchísimo que la preparé, la tenía guardada en la carpeta de recetas pendientes de subir hace bastantes meses.
Y lo que me pasa con ella es que le pillé una manía tonta.
Y de sobras es conocido en mi, que si no lo digo... reviento.
Me pasó como cuando ocurre algo, que en un principio parecece agradable y hasta una buena idea ... y se acaba convirtiendo en un marronazo.
Ejemplos:
Alguien sugiere que se podía comprar entre todos los amigos un número de lotería igual para todos y ... te parece estupendo pero... te acaba tocando a ti recoger el dinero de todos, hacer las fotocopias con el numerito, ir a la administración y encargarte de todo. Y te preguntas como ha ocurrido esto.
O cuando una amiga te cuenta algo de otra, y tú callas, y viene la otra en cuestión y también te cuenta algo de la primera amiga, y tú de buena fé no quieres que la cosa se líe, y abres la boca, y dices que quizás son simplemente puntos de vista, y después ellas dos quedan para comer, y se aclaran y tu... ¡¡ Tú quedas como una lianta que has querido separarlas !!!
O como cuando en un momento determinado piensas que quizás tu sola podrás cortarte ese flequillo sin tener que ir a la peluqueria y empiezas a igualar, empiezas a igualar y acabas con un flequillo como ese de las orejas de punta de Star Treck!!!
En la cocina pasa lo mismo, ¿quién no ha copiado una receta de rosquillas del Diez Minutos ? Dice... 12 huevos, y cuando lees la cantidad de harina te dice... "la que admita".
Y cuando vas por los dos kilos ya te empiezas a preguntar ¿cuanta es "la que admita"? y terminas haciendo diez kilos de rosquillas fritas que necesitan sus respectivos litros de aceite y piensas ¿y todo esto pá que?
Pues una cosa asi me ocurrio con estos pimientos tan monos.
Los ví tan bonitos ellos, con esos colores y tan pequeñines y pensé en comprarlos para preparar algo con ellos.
Asi que pensando, pensando, lo único que se me ocurrió fué rellenarlos y freirlos.
El relleno elegido fué unas rodajas de merluza que cociné , desmigué y ligué con una bechamel espesa para poderlos rellenar bien.
Y ahí vino el primer problema porque al ser tan pequeñitos, rellenar aquello era complicadísimo, y además claro... se me acabaron los pimientitos y ...¡¡sobró relleno!!
Por lo que tuve que hacer un poquito más y hacer unas croquetas con aquello, y seguía el pringue.
En un principio quise freirlos en tempura, por aquello de que la palabra tempura parece como más... ¡¡profesional !! Pero el relleno no aguantaba dentro ni a la de tres.
Asi que la segunda opción era pasarlos por harina , huevo y pan rallado, para que aquello mantuviese la compostura al freir, que tiene menos glamour, pero es mucho más eficaz.
Y de paso aproveché el pringue del rebozado para terminar con el relleno sobrante y hacer las croquetas.
Una vez el relleno de los pimientos decidió quedarse quieto dentro del susodicho, los freí.
No seáis insensatos y precipitados como yo, y freidlos como dios manda, que a mi se me quedaron un pelín crudos.
Y por fin aquello empezó a parecer algo decente, y ví la luz al final del tunel.
Y los pimientitos quedaron asi, y siento no poder haberlos usado de mejor forma, porque asi rebozados, a penas se ven los distintos colores.
Pero yo ya no daba para mas. La cocina llena de platos, cacharros y sartenes para sólo rellenar 10 pimentos pequeños ... pavernosmatao!!
Así fueron las cosas y así se las hemos contado...
Espero que os guste
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PEQUEPIMIENTOS FRITOS RELLENOS DE PESCADO
Y lo que me pasa con ella es que le pillé una manía tonta.
Y de sobras es conocido en mi, que si no lo digo... reviento.
Me pasó como cuando ocurre algo, que en un principio parecece agradable y hasta una buena idea ... y se acaba convirtiendo en un marronazo.
Ejemplos:
Alguien sugiere que se podía comprar entre todos los amigos un número de lotería igual para todos y ... te parece estupendo pero... te acaba tocando a ti recoger el dinero de todos, hacer las fotocopias con el numerito, ir a la administración y encargarte de todo. Y te preguntas como ha ocurrido esto.
O cuando una amiga te cuenta algo de otra, y tú callas, y viene la otra en cuestión y también te cuenta algo de la primera amiga, y tú de buena fé no quieres que la cosa se líe, y abres la boca, y dices que quizás son simplemente puntos de vista, y después ellas dos quedan para comer, y se aclaran y tu... ¡¡ Tú quedas como una lianta que has querido separarlas !!!
O como cuando en un momento determinado piensas que quizás tu sola podrás cortarte ese flequillo sin tener que ir a la peluqueria y empiezas a igualar, empiezas a igualar y acabas con un flequillo como ese de las orejas de punta de Star Treck!!!
En la cocina pasa lo mismo, ¿quién no ha copiado una receta de rosquillas del Diez Minutos ? Dice... 12 huevos, y cuando lees la cantidad de harina te dice... "la que admita".
Y cuando vas por los dos kilos ya te empiezas a preguntar ¿cuanta es "la que admita"? y terminas haciendo diez kilos de rosquillas fritas que necesitan sus respectivos litros de aceite y piensas ¿y todo esto pá que?
Pues una cosa asi me ocurrio con estos pimientos tan monos.
Los ví tan bonitos ellos, con esos colores y tan pequeñines y pensé en comprarlos para preparar algo con ellos.
Asi que pensando, pensando, lo único que se me ocurrió fué rellenarlos y freirlos.
El relleno elegido fué unas rodajas de merluza que cociné , desmigué y ligué con una bechamel espesa para poderlos rellenar bien.
Y ahí vino el primer problema porque al ser tan pequeñitos, rellenar aquello era complicadísimo, y además claro... se me acabaron los pimientitos y ...¡¡sobró relleno!!
Por lo que tuve que hacer un poquito más y hacer unas croquetas con aquello, y seguía el pringue.
En un principio quise freirlos en tempura, por aquello de que la palabra tempura parece como más... ¡¡profesional !! Pero el relleno no aguantaba dentro ni a la de tres.
Asi que la segunda opción era pasarlos por harina , huevo y pan rallado, para que aquello mantuviese la compostura al freir, que tiene menos glamour, pero es mucho más eficaz.
Y de paso aproveché el pringue del rebozado para terminar con el relleno sobrante y hacer las croquetas.
Una vez el relleno de los pimientos decidió quedarse quieto dentro del susodicho, los freí.
No seáis insensatos y precipitados como yo, y freidlos como dios manda, que a mi se me quedaron un pelín crudos.
Y por fin aquello empezó a parecer algo decente, y ví la luz al final del tunel.
Y los pimientitos quedaron asi, y siento no poder haberlos usado de mejor forma, porque asi rebozados, a penas se ven los distintos colores.
Pero yo ya no daba para mas. La cocina llena de platos, cacharros y sartenes para sólo rellenar 10 pimentos pequeños ... pavernosmatao!!
Así fueron las cosas y así se las hemos contado...
Espero que os guste
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