He querido hacer un inciso en la semana de las tapas porque no quería que pasasen más días ya que:
El domingo pasado mi hijo cumplió 17 años ya...
Podríamos decir que educar a un hijo es como hacer una hermosa y gran tarta.
Una tarta para una importante celebración, para una ocasión especial en la que ni puedes, ni debes quedar mal.
Y no me refiero a la educación de los hijos en la escuela, en las clases extraescolares o su formación en general.
Me refiero a la educación como ser humano, como persona y como hombre que será en un futuro.
Por supuesto hay de todo. Habrá quien no se complica la vida y compra la tarta en un establecimiento dejando a otros la responsabilidad de la elaboración de la tarta. Y luego, si sale mal... yo no fuí.
También hay quien sale del paso con una tarta de galletas y chocolate, que es lo más socorrido, gusta a todos en general y , aunque sea una tarta común, es una tarta, se come, no sobresale pero gusta a casi todo el mundo aunque sin sorprender. Es una opción como otra, para salir del paso...
Pero cuando se trae un hijo al mundo, supongo que todos creemos y queremos que el nuestro sea el mejor,nuestra mejor obra.
Asi que como buenamente una puede, se lanza a elaborar una tarta grandiosa, la mejor tarta, para la gran ocasión que será su vida futura.
Empezamos con la elaboración del bizcocho, importante porque sustentará toda la decoracion y además debe de ser un bizcocho rico porque cuando los comensales se decidan a probarla, aunque la decoración sea sorprendente, si el sabor del bizcocho no convence... malo , malo.
Eso puede parecer fácil pero no lo es, no todos los bizcochos valen como base para una tarta, ahí empieza una labor a la que le seguirán otras como la cobertura y la decoración.
Y que difícil es elegir la cobertura y la elaboración, porque quieres que luzca pero sin pasarte y acabar en hortera. Quieres una tarta elegante, distinguida, sin estridencias , sabrosa...
Se combinan muchas cosas en la educación de un hijo, y a veces resulta dificil saber si lo estás haciendo bien.
Quieres que sea independiente pero no tan independiente como para que no escuche tus consejos.
Quieres que escuche tus consejos pero no tanto como para que no pueda y sepa decidir por el mismo.
Quieres que sepa encontrar a su compañera, su media naranja, pero sin dejar de ser naranja entera.
Quieres que te quiera y confíe en ti toda la vida pero no tanto como para que el día de mañana sea un "hijo de mamá" (cosa que odio profundamente, porque no hay cosa más ridícula que un hombre manejado por su madre, o un hombre manejado, en general)
Quieres, en definitiva, que sea un hombre que se vista por los pies.
Y preparas tu tarta, y le das tantas vueltas antes de ponerle la guinda final... cuidas el detalle y te ha costado tanto, que no ves el día de dejarlo ahí, encima de la mesa del convite para los demás...
Y tiene que llegar ese día, y ves , que con diecisiete años que acaba de cumplir, el momento de la guinda se acerca y ... que sea lo que Dios quiera!!.
Él sabe que tú, vosotros, estáis ahí pero hay que empezar a sacarse solito las castañas del fuego.
Y a ti... que te ha costado tanto que el bizcocho hornease bien, y te ha costado tanto rellenarlo sin que se rompiese, y te ha costado tanto poner esa cobertura y que quedase bien..., te pasan por la cabeza ideas como que nadie sabrá valorar realmente lo bien hecho que está el pastel, y sus detalles.
Piensas que habrá personas en el convite, que se lo comerán sin pararse a degustar los ingredientes, traga, traga sin más.
Y para eso debe estar preparado , para ser tan especial que cuando traguen, consiga dejar huella y que el comensal se detenga y saboree...
En fin, que una no sabe si lo hace bien o mal, porque educar a un hijo es una de las recetas más difíciles que te puedes encontrar y encima sin libro .
Felicidades hijo mío , por tus 17 años. Te quiero.
Para su elaboración necesitamos:
Bizcocho:
- cuatro huevos
- 120gr de azúcar
- 150gr de harina
- una cucharadita, de las de café de levadura royal.
Relleno:
- 200ml de nata para montar
- 100gr de queso de untar o mascarpone
- dos hojas de gelatina
- cuatro cucharadas de leche.
- sirope de fresa, del que se usa para decoración de helados, o en su defecto, mermelada de fresa.
Cobertura y decoración:
- 150gr de chocolate blanco
- una cucharada de mantequilla
- 100ml de nata
- perlitas de chocolate
- fideos de azúcar de colores.
- sirope de fresa (para darle color)
Hacemos nuestro bizcocho para el brazo de gitano montando las claras a punto de nieve y batiendo las yemas con el azúcar .
Incorporamos las claras con cuidado y la harina con la levadura también con cuidado.
Vertemos la masa sobre papel de horno .Horneamos a 180 unos 15 min.
Una vez fuera del horno, le pasamos el rodillo por encima, esto nos ayudará a despegarlo más fácilmente, y enrollamos para que coja la forma.
Desenrollamos y untamos con el sirope de fresa, bien untado.
Con esta crema rellenamos el brazo y lo dejamos en la nevera para que coja cuerpo.
Con esto iremos untando , con una brocha de cocina , el brazo . Dejando que enfrie y volviendo a "pintar".
Enfriamos del todo y decoramos.
Quizás pueda parecer muy entretenido y laborioso pero... como con los hijos... merece la pena esmerarse.
Espero que os guste.
¿Quieres imprimir esta receta?
El domingo pasado mi hijo cumplió 17 años ya...
Podríamos decir que educar a un hijo es como hacer una hermosa y gran tarta.
Una tarta para una importante celebración, para una ocasión especial en la que ni puedes, ni debes quedar mal.
Y no me refiero a la educación de los hijos en la escuela, en las clases extraescolares o su formación en general.
Me refiero a la educación como ser humano, como persona y como hombre que será en un futuro.
Por supuesto hay de todo. Habrá quien no se complica la vida y compra la tarta en un establecimiento dejando a otros la responsabilidad de la elaboración de la tarta. Y luego, si sale mal... yo no fuí.
También hay quien sale del paso con una tarta de galletas y chocolate, que es lo más socorrido, gusta a todos en general y , aunque sea una tarta común, es una tarta, se come, no sobresale pero gusta a casi todo el mundo aunque sin sorprender. Es una opción como otra, para salir del paso...
Pero cuando se trae un hijo al mundo, supongo que todos creemos y queremos que el nuestro sea el mejor,nuestra mejor obra.
Asi que como buenamente una puede, se lanza a elaborar una tarta grandiosa, la mejor tarta, para la gran ocasión que será su vida futura.
Empezamos con la elaboración del bizcocho, importante porque sustentará toda la decoracion y además debe de ser un bizcocho rico porque cuando los comensales se decidan a probarla, aunque la decoración sea sorprendente, si el sabor del bizcocho no convence... malo , malo.
Eso puede parecer fácil pero no lo es, no todos los bizcochos valen como base para una tarta, ahí empieza una labor a la que le seguirán otras como la cobertura y la decoración.
Y que difícil es elegir la cobertura y la elaboración, porque quieres que luzca pero sin pasarte y acabar en hortera. Quieres una tarta elegante, distinguida, sin estridencias , sabrosa...
Se combinan muchas cosas en la educación de un hijo, y a veces resulta dificil saber si lo estás haciendo bien.
Quieres que sea independiente pero no tan independiente como para que no escuche tus consejos.
Quieres que escuche tus consejos pero no tanto como para que no pueda y sepa decidir por el mismo.
Quieres que sepa encontrar a su compañera, su media naranja, pero sin dejar de ser naranja entera.
Quieres que te quiera y confíe en ti toda la vida pero no tanto como para que el día de mañana sea un "hijo de mamá" (cosa que odio profundamente, porque no hay cosa más ridícula que un hombre manejado por su madre, o un hombre manejado, en general)
Quieres, en definitiva, que sea un hombre que se vista por los pies.
Y preparas tu tarta, y le das tantas vueltas antes de ponerle la guinda final... cuidas el detalle y te ha costado tanto, que no ves el día de dejarlo ahí, encima de la mesa del convite para los demás...
Y tiene que llegar ese día, y ves , que con diecisiete años que acaba de cumplir, el momento de la guinda se acerca y ... que sea lo que Dios quiera!!.
Él sabe que tú, vosotros, estáis ahí pero hay que empezar a sacarse solito las castañas del fuego.
Y a ti... que te ha costado tanto que el bizcocho hornease bien, y te ha costado tanto rellenarlo sin que se rompiese, y te ha costado tanto poner esa cobertura y que quedase bien..., te pasan por la cabeza ideas como que nadie sabrá valorar realmente lo bien hecho que está el pastel, y sus detalles.
Piensas que habrá personas en el convite, que se lo comerán sin pararse a degustar los ingredientes, traga, traga sin más.
Y para eso debe estar preparado , para ser tan especial que cuando traguen, consiga dejar huella y que el comensal se detenga y saboree...
En fin, que una no sabe si lo hace bien o mal, porque educar a un hijo es una de las recetas más difíciles que te puedes encontrar y encima sin libro .
Felicidades hijo mío , por tus 17 años. Te quiero.
PANTERA ROSA
Para su elaboración necesitamos:
Bizcocho:
- cuatro huevos
- 120gr de azúcar
- 150gr de harina
- una cucharadita, de las de café de levadura royal.
Relleno:
- 200ml de nata para montar
- 100gr de queso de untar o mascarpone
- dos hojas de gelatina
- cuatro cucharadas de leche.
- sirope de fresa, del que se usa para decoración de helados, o en su defecto, mermelada de fresa.
Cobertura y decoración:
- 150gr de chocolate blanco
- una cucharada de mantequilla
- 100ml de nata
- perlitas de chocolate
- fideos de azúcar de colores.
- sirope de fresa (para darle color)
Hacemos nuestro bizcocho para el brazo de gitano montando las claras a punto de nieve y batiendo las yemas con el azúcar .
Incorporamos las claras con cuidado y la harina con la levadura también con cuidado.
Vertemos la masa sobre papel de horno .Horneamos a 180 unos 15 min.
Una vez fuera del horno, le pasamos el rodillo por encima, esto nos ayudará a despegarlo más fácilmente, y enrollamos para que coja la forma.
Desenrollamos y untamos con el sirope de fresa, bien untado.
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Mientras tanto tendremos la crema preparada que consiste en montar la nata, añadir el queso y la gelatina que habremos hidratado y disuelto en la leche caliente.Con esta crema rellenamos el brazo y lo dejamos en la nevera para que coja cuerpo.
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Ya sólo nos queda la cobertura, que la haremos poniendo en un cazo la nata, con el chocolate y con la mantequilla, hasta obtener una crema a la que le añadiremos el sirope de fresa hasta que tome color rosa.Con esto iremos untando , con una brocha de cocina , el brazo . Dejando que enfrie y volviendo a "pintar".
Enfriamos del todo y decoramos.
Quizás pueda parecer muy entretenido y laborioso pero... como con los hijos... merece la pena esmerarse.
Espero que os guste.
¿Quieres imprimir esta receta?