Hace bastantes meses que tenía la panificadora "cara a la pared" y no por ganas, sino por falta de tiempo, porque hay que ver cuanto se echa de menos que la encuentren a una "embadurnada de harina y con las manos en la masa"
El trabajo con masas y levadura fresca no es que tenga mucha dificultad , pero si requiere estar atenta, y estar vigilante, y ahora no es éste mi caso, aunque el sábado... me dí el gustazo después de tanto tiempo.
Es un placer amasar, aunque sea con la ayuda de la maquinita, dar forma y ver crecer las masas.
Y ese olor del fermentado... y del horneado... sobre todo de las masas dulces...uhmmmmm, me encanta !!!
Ya he dicho muchas veces que, una vez le pillas el punto, la textura, las cantidades de líquido e ingredientes... es mucho más fácil de lo que parece conseguir hacer bollos, brioches, panecillos, roscas, panes y lo que se presente !!!.
Yo tengo una receta base que me vale para hacer bollos dulces de muchos sabores.
Se trata de la receta de los Bollos de boniato de Ma petit boulangerie.
Ella los llama coquitas y yo sustituí el boniato por calabaza. Los podéis ver en mi blog clicando aqui: Esta proporción de sólidos y líquidos me ha servido para hacer pequeños bollos o brioches de muchos sabores. En esta ocasión los hice deliciosos, sin falsa modestia, ¡¡es que estaban deliciosos!!!
Mezclamos la mermelada con los dos huevos y las avellanas picadas.
Ponemos en la cubeta de la panificadora esta mezcla, la mantequilla en pomada, la leche templada donde habremos disuelto la levadura y la harina de fuerza.
Por último y arriba de todo, la pizca de sal.
Programamos, programa amasado y pasada una hora y media sacamos la masa. La masa habrá hecho el primer levado.
La volvemos a amasar, ahora a mano, y vamos formando bolitas y poniéndolas en los moldecitos de papel.
Dejamos que leven de nuevo y pintamos con huevo batido, con la precaución de que el huevo esté a la misma temperatura que los bollitos levados porque si no fuese así... se bajarían.
Humedecemos ligeramente el azúcar y vamos poniendo los grumitos por encima. Metemos dentro del horno un recipiente con agua, para darle humedad al horno.
Horneamos a 190º 200º hasta que se doren y a disfrutar como enanos.
Como siempre digo, se pueden congelar una vez horneados, después sólo hay que sacarlos un poco antes y dejar que se descongelen a temperatura ambiente y ¡¡quedan igualitos!!
Espero que os gusten.
El trabajo con masas y levadura fresca no es que tenga mucha dificultad , pero si requiere estar atenta, y estar vigilante, y ahora no es éste mi caso, aunque el sábado... me dí el gustazo después de tanto tiempo.
Es un placer amasar, aunque sea con la ayuda de la maquinita, dar forma y ver crecer las masas.
Y ese olor del fermentado... y del horneado... sobre todo de las masas dulces...uhmmmmm, me encanta !!!
Ya he dicho muchas veces que, una vez le pillas el punto, la textura, las cantidades de líquido e ingredientes... es mucho más fácil de lo que parece conseguir hacer bollos, brioches, panecillos, roscas, panes y lo que se presente !!!.
Yo tengo una receta base que me vale para hacer bollos dulces de muchos sabores.
Se trata de la receta de los Bollos de boniato de Ma petit boulangerie.
Ella los llama coquitas y yo sustituí el boniato por calabaza. Los podéis ver en mi blog clicando aqui: Esta proporción de sólidos y líquidos me ha servido para hacer pequeños bollos o brioches de muchos sabores. En esta ocasión los hice deliciosos, sin falsa modestia, ¡¡es que estaban deliciosos!!!
Necesitamos:
- 250 gr de mermelada de higos, (en mi caso, casera)
- 100gr de avellanas tostadas y picadas groseramente, sacando las pieles que se vayan soltando
- dos huevos, más un huevo para pintar los bollos
- 100gr de mantequilla
- azúcar, pero NO para añadir a la masa, sino para humedecerlo y ponerlo por encima a los bollitos. Al llevar mermelada, es más que suficiente el azúcar de ésta. - 65 gr de leche ( ojo que digo gramos, va pesada)
- 500gr de harina de fuerza
- 25gr de levadura fresca.
- una pizca de sal.
- 250 gr de mermelada de higos, (en mi caso, casera)
- 100gr de avellanas tostadas y picadas groseramente, sacando las pieles que se vayan soltando
- dos huevos, más un huevo para pintar los bollos
- 100gr de mantequilla
- azúcar, pero NO para añadir a la masa, sino para humedecerlo y ponerlo por encima a los bollitos. Al llevar mermelada, es más que suficiente el azúcar de ésta. - 65 gr de leche ( ojo que digo gramos, va pesada)
- 500gr de harina de fuerza
- 25gr de levadura fresca.
- una pizca de sal.
Mezclamos la mermelada con los dos huevos y las avellanas picadas.
Ponemos en la cubeta de la panificadora esta mezcla, la mantequilla en pomada, la leche templada donde habremos disuelto la levadura y la harina de fuerza.
Por último y arriba de todo, la pizca de sal.
Programamos, programa amasado y pasada una hora y media sacamos la masa. La masa habrá hecho el primer levado.
La volvemos a amasar, ahora a mano, y vamos formando bolitas y poniéndolas en los moldecitos de papel.
Dejamos que leven de nuevo y pintamos con huevo batido, con la precaución de que el huevo esté a la misma temperatura que los bollitos levados porque si no fuese así... se bajarían.
Humedecemos ligeramente el azúcar y vamos poniendo los grumitos por encima. Metemos dentro del horno un recipiente con agua, para darle humedad al horno.
Horneamos a 190º 200º hasta que se doren y a disfrutar como enanos.
Como siempre digo, se pueden congelar una vez horneados, después sólo hay que sacarlos un poco antes y dejar que se descongelen a temperatura ambiente y ¡¡quedan igualitos!!
Espero que os gusten.