Esta tarta de queso fué de las primeras cosas dulces que me atreví a probar hacer, que publiqué en el blog y que estaba en el olvido (como la tarta de pera), y de las primeras cosas que copié por esos foros de cocina de Dios.
De siempre he tenido mucho interés en la cocina, sobre todo en los dulces, pero sólo eso, interés, porque lo que se dice maña... poca.
Antes todos los bizcochos que intentaba me quedaban apelmazados, o se bajaban del centro, o se subían... vamos...incomibles.
Poco a poco he ido aprendiendo de unos y otros y ya la cosa ha pasado de catastrófica a decente.
Como en el caso de esta tarta de queso no se necesita mucha maña, la vuelvo a editar y así quizás algún principiante se atreva y se inicie en más cositas, como me pasó a mi.
La primera vez que la hice, la hice además, en este molde tan complicado de desmoldar, en forma de rosa, que es muy bonito pero...puñetero, puñetero.
Para prepararla necesitamos:
- una cajita de queso de untar (150gr)
- una cajita de queso mascarpone (250)
- 200ml de nata
- ocho cucharadas de azúcar
- tres huevos
- un vasito de leche
- una cucharada de harina de maíz Maicena
- ralladura de un limón.
Se disuelve bien la maicena en la leche, se baten los huevos con el azúcar y se le incorporan el resto de los ingredientes.
Mezclamos bien todo y vertemos en el molde que queramos.
Horneamos a 180º-190º hasta que veamos que todo está cuajado al pinchar. Aprox. una hora.
Truqui, truqui: se puede acelerar el proceso metiéndolo al microondas, de tres en tres minutos y dándole un horneado final para que se "tueste"
Se le puede poner una base de galleta e incluso untarle mermelada por encima, aunque yo no lo he hecho asi, me gusta tal cual.
La he repetido alguna vez más, empezándola en el microondas, como digo, y acabándola en el horno.
Es una tarta contundente, entre el mascarpone, la nata, los huevos... si abusamos de él tendremos que pincharnos el danacol en vena. :p
Pero está bueniiiisimo.
Espero que os guste.