En Semana Santa pusieron en mi pueblo un mercado medieval... ya sabéis... ese tipo de mercadillo en los que todos los vendedores se disfrazan como recién salidos de una película de Disney y los puestos nos ofrecen comida ( llámense viandas para hacerlo más medieval) hecha supuestamente casera, adornos y bisutería casera, y las típica barbacoas de los mercados estos en los que tienen a un cochinillo girando como un desgraciao, costillas enteras a la brasa, y cientos de chorizos.
Que si te fijas... la semana que dura el mercadillo, los chorizos desaparecen pero el cochinillo y el cosillar es el mismo oye.. que no lo veo yo en las mesas...
En fin, que con la tontería, acabas comprando cualquier cosa, y varios productos que sabes, (que lo sabes) estás pagando más caro, pero picas.
Y paseando vimos un puesto de sobrasada mallorquina, se nos antojó y compramos una.
La muchacha nos dice que la conservemos colgada de la cocina "que así se va secando y curándose" y yo le digo a la muchacha que ahí veo yo un problema, bueno dos.
El primero es el perro que adoptamos este verano de la perrera. El Robin se ha convertido en uno más de la familia, es muy obediente, y muy bueno pero... su punto débil es la comida, no puede haber nada a su alcance porque se lo come todo.
Y cuando digo que se lo come todo, es todo, desde comida, la que sea, hasta un rotulador, un tapón de vino, un papel de aluminio, un pendrive y hasta los deberes del cole de mi hijo Javi.
Todo.
El segundo problema que yo le veo, y se lo digo a la muchacha, es que en Santa Pola ya hace calor, y además humedad, y le comento que la sobrasada se va a poner a sudar como un albañil en agosto y no va a quedar de aquello más que un charquito colorao.
Me dice que no, que en Mallorca el clima es como el de aquí y que no cree que me pase eso.
Le digo que no creo sea asi, que si tú te vas a Sòller, un suponer, no es el mismo clima que en cualquier playa de Mallorca, como no hay el mismo clima en la Sierra de Mariola y en mi pueblo.
Mi marido interviene y sentencia:
- No hay problema, a esa sobrasada no la vamos a dejar sudar, porque acabamos antes con ella.
::::::::::::::::::
En fin, que al final tuve yo razón, y a los dos días la sobrasada estaba como si la hubiese colgado de la barandilla del Infierno, y tuve que guardarla en mi nevera, que ya sabéis como son las neveras de ahora, te dejas algo destapado y a los dos días está que parece un guanche momificado.
Ahí se secan las cosas como si estuvieses en Olot.
Con la sobrasada preparé estas berenjenas.
Berenjenas con carne y sobrasada
Para prepararlas necesitamos:
- 3 berenjenas, a mi me gustan las ralladas, manías que tiene una.
- 200 gr de carne picada de cerdo y ternera
- sobrasada, la cantidad es como dos cucharadas soperas más o menos.
- sal , pimienta, aceite
- 2 cucharadas de tomate frito
- queso para gratinar
Cortamos longitudinalmente las berenjenas y con la ayuda de un cuchillo vamos quitando la carne de la berenjena y poniéndola en remojo con agua y sal para que saque el amargo.
Las "barquitas" las salamos un poco y las untamos con un poquito de aceite, las envolvemos en papel de aluminio y las vamos asando en una sartén tapada.
Mientras tanto, rehogaremos en una sartén la carne salpimentada y añadiremos la berenjena que teníamos en remojo, escurrida y bien picadita hasta que se ablande.
Una vez tengamos esto hecho, le añadiremos la sobrasada, y el tomate frito.
Removemos bien para que la sobrasada se mezcle y con esto rellenaremos las barquitas.
Sólo nos queda ponerle un poco de queso rallado por encima, y gratinar un poco para que se ablande el queso y a comer.
Espero que os guste.
