HELADO DE FRESAS CON YOGURT

Esta semana va de helados, y eso que han anunciado que será un verano de lo más corto y fresquito.

Este helado no es excesivamente dulce ni  muy pesado, asi que es ideal para tomar algo dulce después de una comida pero sin resultar demasiado pesado.
Nuestro amigo Paco es un gran aficionado a tomar helado de postre, y siempre que vienen a casa procuro tener helado para él.
Siempre nos cuenta que los romanos lo tomaban mucho,  pues consideraban que facilitaba la digestión.
Yo, que dudo por naturaleza y siempre me gusta informarme por otros caminos, asi lo hice  y parece ser que si, que los romanos eran muy aficionados a tomarlo. 

La primera constancia que se tiene sobre almacenes de hielo data del siglo XI a.c. en China, ¿a que no os lo imaginábais?

 Desde entonces los seres humanos han usado el frio tanto para conservar como para ingerir en forma de sorbetes o helados o para enfriar las bebidas.

Los griegos transportaban el hielo y la nieve desde el Monte Olimpo para refrecar sus vinos. Séneca reprochaba a los romanos esa costumbre de tomarlo tanto en invierno como en verano, y Plutarco cuenta como los romanos "ponían alrededor del frasco de agua una gran cantidad de nieve"
Refrescaban los romanos el vino especiado que tomaban en unas copas en forma de botellita, que eran de oro, plata o cristal,  que se rellenaban de hielo picado

Tanto en China como griegos, romanos y posteriores civilizaciones han usado el hielo que conservaban en cuevas y grutas como también en una especie de aljibes subterráneos (información conseguida de aquí)

En fín que una no va a ser menos, y hoy traigo mi segundo helado de la temporada.

Este heladito además, nos sirve para darle uso a ese puñado de fresas que ya empiezan a estar un poco pochitas, y que todos esquivan.
 
A ver que os parece.

Helado de fresas con yogurt


Necesitamos:

- un puñado de fresas
- cuatro cucharadas soperas  de azúcar
- dos yogures naturales (en mi caso azucarados)
- 250ml de nata

Ponemos en un cazo dos cucharadas soperas de azúcar y las fresas limpias y troceadas, y dejamos cocer unos cinco minutos a temperatura moderada.
Trituramos todo bien y reservamos.
Montamos la nata con el resto del azúcar y agregamos al final los yogures y las fresas del cazo ( una vez templadas)
Mezclamos bien e introducimos al congelador.

Iremos moviendo nuestro helado cada hora para romper los cristalitos de hielo que se puedan formar y en poco tiempo tendremos nuestro helado listo para comer.

Facilito ¿no?


Espero que os guste.


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