GUISO DE ALBÓNDIGAS DE SEITÁN

Hace ya bastante tiempo que mi hijo pequeño decidió no comer carne.

Tengo que decir que confiaba en que esta "manía" se le pasaría como ocurrió con su hermano mayor.

La verdad es que los que tenemos dos hijos (o hijas) nos damos cuenta que hay etapas comunes para ambos:  pasan por la etapa de querer una guitarra eléctrica, de dejarse pelo largo, de ser para ellos algo parecido a un troglodita, y como no... llegó la etapa de ser vegetariano.

Yo, como siempre, intento remar a favor de la corriente, y dentro de mis posibilidades, me estrujo la cabeza en hacerles recetas sin carne, ricas y con alimento.

El mayor comenzó muy fuerte, y enseguida se notaron los efectos, los dolores de cabeza eran bastante frecuentes, y como coincidió con el comienzo de sus estudios en la universidad, comencé a decirle que no hiciese tonterías.

Recuerdo que me dijo que lo que más echaba de menos era el pescado, y es que los aportes del pescado son bastante más necesarios aún que los de la carne.

Así que, entre que no se encontraba muy bien con esa alimentación, y que un buen día, al pasar por un ventorrillo de carretera, le dió el olor a chuletas... la manía no le duró más que unos 8 o 9 meses.

Pero el pequeño es de otra pasta...

El pequeño tiene tesón y fuerza de voluntad para parar un tren, y ese me da más miedo.

Le gustan las chuletas de cordero como al que más, pero cuando Javier dice no... es NO.

Eso si, esta vez conseguí "negociar" con él que el pescado no se quitaría de la dieta, ni los huevos ni la leche, y además le dejé clarito que se había terminado lo de triturar la verdura para no notarla, cuando toca lentejas con verdura, la verdura va troceadita y punto pelota.

Y lo cierto es que come de todo, de todo, y sin rechistar, menos el tofu, que no consigue que le guste, y que lo hemos sustituido por la soja texturizada.

Asi que vuelta a empezar con las recetas vegetarianas....

Además en esta ocasión, a los tres meses o así de comenzar, le pedí a la doctora que le hiciese una analítica para quedarnos tranquilos.

Aunque cuando le conté lo que mi hijo come... ya me dijo que me tranquilizase, que el niño "desnutridito" no está.

Y bueno... aquí os traigo ese guiso de albóndigas, que dicho sea de paso, os gustaría también a los que coméis carne, porque rico está.

Ahí vamos.

Ingredientes para las albóndigas:

- unos pedazos de seitán casero , la receta la tienes aquí.

- un huevo

- pan rallado casero para unir

- una cebolla

- un pimiento de piquillo en conserva

- 100gr de habichuelas cocidas

- unas pizcas de ajo molido y salvia

- sal

- harina para rebozar

Para el guiso:

- medio calabacín

- una cebolla tierna

- una cucharada de tomate triturado

- dos dientes de ajo

- caldo de verduras, yo lo hago casero, la receta aquí

Elaboración de las albóndigas:

*Trituramos un poco nuestro seitán casero.

*Trituramos la cebolla junto al pimiento de piquillo y las judías cocidas.

Mezclamos en un recipiente añadiendo el ajo molido, la sal y la salvia molida, el huevo, y pan rallado a puñados (no os pongo cantidad),  hasta obtener una masa manejable para hacer las bolas.

Pasamos por harina las albóndigas y freimos.

Yo hago bastantes ya que las podemos congelar y así las tengo para usar en cualquier momento.

Hacemos el guiso:

*Ponemos a sofreír la cebolla, el ajo y el calabacín todo bien picado ,con un poco de aceite, tapado y a fuego muy lento para que se cueza.

Añadimos el tomate cuando esté blandito el sofrito, y añadimos una cucharada de harina, y un poco de caldo de verduras.

Trituramos todo y ponemos a cocer con algo más de caldo y las albóndigas, dejando que el caldito coja cuerpo y espese un poco.

Os las podéis tomar como guiso, o con unas patatas de guarnición, a mi hijo le gusta más la segunda opción.