Ha comenzado el año y no me había pasado por aquí para felicitaros el año.
Y lo cierto es que, aunque todavía no he parado de cocinar, no tengo mucho ánimo para escribir y publicar recetas.
El año no acabó muy bien, pues aunque en casa estamos todos bien, vísperas de nochebuena, nuestro perro Robin sufrió el ataque de otro perro causándole desgarros en una pata y sobre todo, la más grave , en el pecho y cuello.
A causa de los desgarros, los puntos de sutura no terminan de cerrar bien, y se están complicando, y como consecuencia, se está alargando la curación.
Los que tenéis mascotas ya sabéis cuanto se sufre cuando están enfermos o los vemos mal...los que no les gusten seguramente pensarán que es una frivolidad preocuparnos así por un animal y... "yo no tengo perro, esa complicación me la ahorro", pues puede que si, pero los que tenemos perro sabemos el cariño inmenso que dan, y la huella que dejan cuando se van
En casa nuestro perro es un miembro más, y como os podéis imaginar, las navidades no están siendo todo lo tranquilas y felices que podrían haber sido, dentro de la, ya de por si ,complicada situación
Dentro de todo tenemos que dar gracias que Robin está vivo, y tengo que dar gracias que ese día salí a dar el paseo con mi marido, y no sola como suelo ir, si no , con toda seguridad nuestro perro estaría muerto.
A nosotros no nos mordió, aunque la dueña si se llevó alguna dentellada y mi marido tuvo un pequeño percance en una mano al intentar separarlo y que soltase a Robin
Por lo demás, las navidades están siendo "peculiares", como imagino estarán siendo para todos vosotros, y la entrada de año ha sido tranquilita y con pocos comensales a la mesa, pero bueno... unidos en la distancia y por videollamadas.
He cocinado bastante, pero he "tirado de archivo". He repetido algunas recetas que tengo en el blog
Para las noches más señaladas repetí el Solomillo Wellington